La Isla de Man como refugio de Inversiones
La Isla de Man es, desde ya hace varios años, uno de los principales centros financieros de Europa propiciando como refugio y plataforma de financiera de miles inversionistas siendo en su gran mayoría europeos. Ubicada en el Mar de Irlanda, entre Irlanda y Escocia, tiene 81 mil habitantes y es una dependencia de la Corona Británica.
Desde el punto de vista político es independiente, no es parte de la Unión Europea, tiene el Parlamento más antiguo del mundo y un primer ministro elegido por su pueblo. El principal motor de su economía son los servicios financieros habiendo muchos bancos, compañías de seguros y administradores de fondos. Desde el punto de vista del prestigio, tiene calificaciones de AA+ por Standard Poors y por Moodys y excelentes notas por la OCDE y el FMI en cuanto al cumplimiento de los estándares internacionales.
Tal como otras jurisdicciones offshore, las inversiones de no residentes se encuentran exentas del pago de todo impuesto pero el factor diferenciador es el relacionado con la herencia. En el aspecto sucesorio, el cliente cuando abre un plan de inversión en esta jurisdicción puede elegir libremente a sus beneficiarios en las proporciones que desee. La sucesión de esa cuenta se resolverá de acuerdo a la legislación de la Isla de Man en donde reina la libertad de elección.
Una vez fallecido el cliente, su asesor entregará el certificado de defunción a la institución y en 20 días aproximadamente la compañía estará pagando a los beneficiarios indicados allí (si es que ellos no quieren seguir con las inversiones). Este sistema de planificación sucesoria no tiene ningún costo adicional para el cliente y éste puede cambiar los beneficiarios cuantas veces lo desee.
Para facilidad de los inversionistas latinoamericanos, varias instituciones financieras que operar desde la isla tienen representantes en Uruguay para asesorar en español y de manera más directa todos los aspectos relacionados a las inversiones sin necesidad de viajar directamente a la Isla o tener que dominar el idioma inglés.